martes, 21 de junio de 2016

Si tienes que elegir, quédate contigo



Ámate, mujer; ¡te harás compañía por el resto de tu vida!

Conócete, descúbrete, acéptate, valórate y admírate; ¡aprende a reírte de ti misma! mira en el espejo la mujer que eres, no la que sólo existe ante los ojos de quienes no reconocen tu gran valía.

Si tienes que elegir, elígete siempre, no como un acto de egoísmo, sino como un acto de valentía y amor propio, pues sólo quien se ama a sí mismo es capaz de amar a los demás.

Crea límites sanos, di “no” cuando quieras, eleva tu voz aunque tiembles por completa; ¡eres más fuerte de lo que crees¡ No eres una princesa en un mundo color rosa, eres una guerrera en un mundo de matices.

Lucha por aquello que quieres en tu vida y saca de ella todo lo que atente contra tu dignidad y tu paz. No permitas que ninguna persona o situación te etiquete o defina; eres quien eres y punto. Bueno, de hecho eres mucho más, eres la mujer que puedes llegar a ser, tu mejor versión, la mujer que el Señor creó para Su gloria y por amor.

Estás en un constante crecimiento, eres poseedora de hermosos dones y virtudes, algunos de ellos aún por ser despertados. ¡Asume cada amanecer como una nueva oportunidad para crecer!

No cargues pesos innecesarios, no lleves sobre tus hombros cargas que no te pertenecen, aprende a identificar tus cruces. Elimina ya de tu vida todo lo que te hunde, lo que te arrastra, lo que te lleva al abismo.

No eres las palabras que te han herido ni los golpes que te han propinado. No eres tu pasado ni tus errores; no eres un fracaso. No eres nada que te haga sentir inferior.

Corta desde ahora y para siempre con todo lo que te provoque tristeza, dependencia e infelicidad. Deja atrás las culpas, los arrepentimientos y los temores porque ellos no te permiten abrazar, respetar y disfrutar tu esencia... Elígete siempre, quédate contigo; ¡te harás compañía el resto de tu vida! 

martes, 14 de junio de 2016

No más heridas


Da pena y mucha tristeza que algunas personas que se dicen ser cristianas justifiquen el atentado de Orlando por la preferencia sexual de las víctimas. También da pena cómo muchos han politizado este tema a favor de la comunidad gay y lo han explotado de modo tal que han hecho de todo esto un circo de odio en contra del cristianismo.

El acto es condenable no porque hayan sido gais sino porque eran seres humanos y punto. Atacar a la Iglesia que defiende el diseño original de Dios es irse por las ramas y una táctica que sólo busca confundir y acrecentar más la división.

Lo que tenemos que hacer es revisarnos como humanidad y analizar porqué razón, desde la creación de nuestra especie hasta hoy, no hemos podido amarnos y respetarnos a pesar de nuestras diferencias... El odio nunca es camino de única vía y nadie nace odiando…

Los cristianos que con sus comentarios de odio están negando a Jesucristo deben recordar que Dios, autor de la vida, es el único que puede disponer de la misma y que nuestro llamado es a amar y a edificar, nunca a alegrarnos por la desgracia de nuestro prójimo.

Por su parte, los gais que también están incentivando al odio con sus ataques a nuestra fe deben entender que tienen que respetar nuestro derecho a pensar diferente y tolerar nuestras creencias de la misma forma que ellos lo exigen de nosotros.

Unámonos en oración para que cada ser humano sobre la faz de la tierra pueda alcanzar la paz y experimentar el amor hacia sí mismo y para con los demás. Pidamos al Señor Jesús fortaleza y resignación para los familiares de las víctimas, pronta recuperación para los heridos y descanso eterno para los que murieron.  

Es hora de extender nuestros brazos cargados de solidaridad no a favor de las etiquetas sino del ser humano que sufre. Prestemos nuestros hombros a quienes necesitan consuelo y realicemos a su favor actos de amor que nos permitan reflejar al Hijo de Dios.

Que el Señor tenga misericordia de todos nosotros y nos permita recibir la muerte bajo el manto de Su gracia.